LA VANGUARDIA

Nuevos cambios circulatorios en arterias como Diagonal o Gran Via 

Los laterales de Diagonal y Gran Via dejan de ser de paso

MOVILIDAD

Una nueva señalización obligará a desviarse hacia otras calles para impedir que se atraviese Barcelona de punta a punta usando estas vías

BARCELONA- CRUCE DE DIAGONAL CON MUNTANER LADO MAR DONDE SERÁ OBLIGADO GIRAR A LA DERECHA DESDE EL LATERAL- FOTO ANA JIMENEZ

Bicis, patinetes y taxis son los únicos vehículos que podrán seguir circulando por el lateral sin restricción

 Ana Jiménez

 

El alto al fuego declarado la víspera de Navidad en la cruenta guerra de las vallas de la Diagonal y la Gran Via entra en la fase de consolidación. Ambos bandos –conductores y vecinos– deberán aprender a convivir con unas nuevas reglas de uso del disputado espacio público que no dejan ningún vencedor ni vencido. Como en tantas otras guerras, todos creen que podría haberles ido mejor y que tanto tiempo perdido en el enfrentamiento al final no valió para nada.

Ni los coches recuperarán los laterales por completo, ni los peatones podrán pasear despreocupados por la calzada. La paz quedará sellada mediante unas señales en los laterales de ambas vías que obligarán a los vehículos a girar a la derecha al llegar a determinados cruces, de manera que el tráfico se reducirá considerablemente al quedar limitado solo a aquellos conductores que necesariamente deben circular por ahí porque van a tomar una calle perpendicular. 

 
 
 
 

El resto, todos aquellos que quieran seguir recto, deberán circular por el tronco central. De hecho, es la filosofía original de este tipo de vías que en ningún momento debería haberse visto alterada: la parte central para los que hacen un trayecto largo, los laterales para quienes van a tomar una salida.

No habrá cámaras para sancionar el incumplimiento como en la Rambla

Se pretende evitar así que nadie cruce Barcelona de punta a punta utilizando unos laterales que no están pensados para ello. El control de esta nueva restricción se deja en manos de la buena voluntad de los conductores que atiendan a las señales que están a punto de instalarse. No habrá cámaras como las existentes en otros lugares de la ciudad con el tráfico de paso restringido, como la Rambla. Sí que habrá una intensa campaña de la Guardia Urbana, en un primer momento divulgativa, para informar de los cambios en la movilidad de la zona.

La solución escogida por el Ayuntamiento llega con la intención de poner fin a un conflicto que se remonta a la desescalada de la pasada primavera, tras la primera ola del coronavirus. Una de las medidas que impulsó el gobierno municipal para dar más espacio a los peatones fue el corte de unos tramos concretos de los laterales de la Diagonal y la Gran Via. 

 
FOTO: MANÉ ESPINOSA. EFECTOS DEL CORONAVIRUS TRAS EL DECRETO DE ESTADO DE ALARMA. IMAGEN DE CIUDADANOS UTILIZANDO EL LATERAL LADO MAR DE DIAGONAL PARA PASEAR OIR EN BICI, PATINETE, APROVECHANDO LA RESTRICCION DE TRÁFICO ORDENADA POR EL AYUNTAMIENTO DE BARCELONA. UNA PAREJA DE GENTE MAYOR EXTIENDE SUS BRAZOS PARA COMPROBAR LA POSIBILIDAD DE PASEAR SIN MIEDO

Una pareja extiende sus brazos en el lateral de la Diagonal para demostrar la posibilidad de pasear por él sin miedo cuando estaba cortado al tráfico

 Mané Espinosa / Archivo

Con el paso del tiempo, a medida que los coches volvieron a hacer suyas las calles que habían estado desiertas unas semanas antes, se inició un choque de intereses en el que se estuvo a punto de llegar a las manos. Las vallas con las que los viales quedaban cortados al tráfico eran apartadas por algunos conductores que querían usar el lateral para llegar a su destino. A la vez, un ejército de vecinos concienciados las iba devolviendo a su lugar cada vez que pasaban por delante y se las encontraba fuera de lugar. Jugaban al ratón y el gato sin ningún tipo de control por parte del Ayuntamiento.

FOTO: MANÉ ESPINOSA. GUERRA DE LAS VALLAS. VALLAS COLOCADAS EN LATERAL DIAGONAL LADO MONTAÑA ENTRE PASSEIG DE GRACIA Y SARDENYA PARA EVITAR EL PASO DE VEHICULOS Y MOTOS Y DEJAR EL ESPACIO PARA QUE LA GENTE PUEDA PASEAR Y MANTENER MEJOR LA DISTANCIA DE SEGURIDAD PARA EVITAR CONTAGIOS DE LA COVID-19 . UNA VECINA RETIRA PARTE DE LA VALLA PARA PODER ACCEDER A SU PARQUING. ESQUINA PASSEIG SANT JOAN

Las vallas fueron de quita y pon desde el inicio de la desescalada hasta diciembre

 Xavier Cervera / Archivo

Los nuevos cambios en la movilidad de los laterales, que entrarán en vigor el próximo lunes 8 de febrero, afectan concretamente a la Diagonal en el tramo que va de Francesc Macià a paseo Sant Joan en ambos sentidos. En el lado mar el desvío obligatorio se establece en Muntaner, rambla Catalunya, Pau Claris y Bailén. En el lado montaña, se señalizará en Roger de Llúria, Via Augusta y Aribau. En cuanto a la Gran Via abarca toda la zona central, desde la plaza Espanya hasta Tetúan, con ocho calles de giro obligatorio a la derecha.

Los únicos que podrán seguir circulando en línea recta cuando se encuentren el desvío obligatorio son ciclistas, patinetes y otros vehículos de movilidad personal que vayan por el carril bici, así como los taxis. En cambio, no estarán exentos los repartidores. Tampoco los vecinos que vayan a un parking.

Los carriles bici que quedan en las aceras de ambas avenidas pasarán a la calzada a partir del verano

Los nuevos desvíos irán acompañados de una segunda fase de cambios en verano, cuando se bajarán a la calzada los carriles bici que siguen en las aceras centrales de la Diagonal y la Gran Via. La actuación se llevará a cabo en la Diagonal entre paseo de Gràcia y paseo Sant Joan, hasta donde permitan las obras del colector que tienen la calzada abierta en canal como actuación previa a la prolongación del tranvía. En cuanto a la Gran Via, el carril bici bajará de la terciana a la calzada desde Pau Claris hasta la calle Marina.

El traslado del carril bici supondrá la eliminación de uno de los dos carriles de circulación para coches de los laterales, como ya se hizo hace años en otros tramos de esas dos avenidas. El gobierno municipal defiende que de esta manera la calzada pasa a ser un lugar exclusivo para los peatones que caminan por allí y que suben o bajan de los autobuses.

 

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